miércoles, 7 de diciembre de 2011

El corazón, un hotel que tiene siempre habitaciones disponibles...

Muchas veces no resisto la tentación de dar consejos a la gente a la que quiero, luego me pica que no me hagan caso, siempre olvido que tampoco yo soy persona de aplicarme el cuento... soy como los médicos o los curas "haz lo que digo, no lo que hago"... Si no pasa nada (es decir, si no me entra un ataque de sensatez esta noche) mañana iré a recoger a mi perrillo, le llamaré Trato, y me cargaré de una obligación más que colme de preocupacíones mi "flemática" existencia...

En fin, no lo puedo evitar... He llegado a la conclusión de que, me guste o no, mi destino es ser una Madre Naturaleza, porque está precisamente en ella, en mi naturaleza el ser una cuidadora... y necesito rodearme de criaturas a las que criar, sean lagartijas, gatos o niños (aunque esté fea la comparación...) Así que no voy a luchar contra mi Karma y mañana me iré a recoger al pequeño Ashton, dejaré que llene otro huequito de mi vida, que parece ser el hotel donde siempre hay habitación para uno más...