lunes, 19 de julio de 2010

¿Quién ha dicho que las vacaciones son para descansar?

Ha llegado el esperado momento, once meses pensando en las ansiadas vacaciones de verano. Unos días que, año tras año idealizamos, pero no nos dejemos engañar una vez más. ¿Quién ha dicho que las vacaciones son para descansar?. Sí, no vamos a la oficina, algunos, incluso madrugamos un poco menos, pero de ahí, a que sean días de descanso…
Se acerca el momento de irnos a la playa/montaña o similar… piensa en lo que vas a meter en la maleta, lava, plancha, haz listas, prepara… ¡Cielos, la cámara de vídeo! Ponte a cargar las baterías de todos los aparatos que te vas a llevar y que seguro luego no utilizas…
Y esto es sólo el comienzo, viaje de 7000 horas en coche con atascazo, calor y niños al borde de evolucionar hacia un bicho aún más salvaje, como si de Pokemon se tratara… por no hablar del consabido “mamá, me hago pis”. Una vez en el destino, deshaz maletas para cuatro días, limpia, cocina, compra… total, que cuando te quieres dar cuenta ¡ya tienes que estar empaquetando otra vez!
Los niños se transforman estos días, se convierten en máquinas de ensuciar y engullir y una no da abasto para cocinar hamburguesas y patatas fritas (mira por donde, has cambiado tu trabajo de oficina, fresquito y con aire acondicionado para convertirte en una sucursal del Mc Donalds 24 horas….) Gritan como si se hubieran vuelto sordos de repente o como si, peor aún, nos hubiéramos vuelto sordos los demás… Pero se lo pasan tan bien….
Todo sea por verles disfrutar, reír, pasarlo bien… ellos lo necesitan, y, por qué negarlo, nosotros también. En fin, que pese a todo y en el fondo (y yo creo que esto es lo que nos hace realmente esperar la vacaciones con tanto entusiasmo) las vacaciones en familia son algo de lo que no podemos prescindir… lo pasamos bien ¿verdad?.